Cepitá
CEPITÁ, BIEN DE INTERÉS CULTURAL DE SANTANDER
Selección Bienal de Arquitectura de Colombia 2006, Categoría Patrimonio. Selección Bienal Panamericana de Arquitectura 2006 – Quito – Mención de Honor Internacional.
DESCRIPCIÓN GENERAL DEL MUNICIPIO
Ubicado en el fondo del cañón del río Chicamocha, el municipio de Cepitá se encuentra a 90 Km. de Bucaramanga de los cuales 78 Km. corresponden a la vía que conduce a San Gil y los 12 Km. restantes a una carretera sin pavimentar que baja hasta el Río Chicamocha y a la cabecera municipal. Se sitúa a 660 m.s.n.m., con un clima seco y cálido. Su población actual es de 1993 habitantes (458 en él área urbana y 1535 en el área rural). El pueblo está rodeado por enormes y áridas montañas ricas en minerales y plantas cactáceas. Hacia el sur-occidente se encuentra delimitado por el río Chicamocha y la quebrada Perchiquez que forman unos valles denominados “las vegas” en donde la vegetación es abundante y variada. La población vive de la agricultura (cultivos de tabaco, melón y fique) y de la ganadería caprina mientras que la piscicultura es apenas insipiente.
El sector antiguo, de reducido tamaño, está organizado por una retícula ortogonal que teje su estructura urbana y se asienta sobre un solo nivel, conformado por 5 carreras y 5 calles. Alrededor del parque se localizan los inmuebles principales: la Iglesia Parroquial, la casa cural, la alcaldía, la policía y la antigua Iglesia Jesuita, hoy adaptada para la Casa de la Cultura. La mayoría de las edificaciones consta de una sola planta. Están construidas en tapia pisada (82% del total de viviendas), cubiertas de madera rolliza y encañado, teja de barro y revestimiento con pañete y puntura a base de cal. Las puertas y ventanas son de madera y están pintadas de color café oscuro. Las principales calles, como la de acceso y las más próximas al parque, están construidas en piedra de río (granito), mientras que las vías periféricas son en tierra apisonada.
El municipio de Cepitá se encuentra bien conservado, uniforme y con escasas intervenciones de impacto negativo. Ha perdurado el estado original de sus construcciones y estructura urbana, sin los cambios que frecuentemente aporta el impacto de actividades comerciales. Esto se debe a que es un pequeño pueblo rural alejado de otras concentraciones urbanas mayores y de las rutas principales.
VALORES DE ORDEN FÍSICO
Para la construcción de las edificaciones se aprovecharon los recursos del lugar, empleando materiales de la región. Las técnicas constructivas locales son la tapia pisada, el adobe, el bahareque y la carpintería de madera, así como la piedra de río (granito) con la cual se construyeron las calles y los cimientos de los inmuebles.
VALORES DE ORDEN ESTÉTICO
El sector urbano de Cepitá se encuentra en el cañón del río Chicamocha en medio de dos imponentes formaciones de la Cordillera Oriental. Estos elementos le brindan un contexto natural único que sirve de marco para generar su dinámica urbana sin desvincularse de la naturaleza. Las viviendas conservan el estilo colonial con el cual se edificaron inicialmente. El manejo dado por la población y las administraciones ha fomentado tal tarea, inclusive en el manejo de los colores de fachadas. El valor estético del sector urbano es enriquecido por el paisaje natural que lo rodea y que le confiere un bello escenario.
VALORES DE REPRESENTATIVIDAD HISTÓRICA
Pedro Fermín de Vargas, uno de los más importantes personajes dentro de la historia colombiana, oficial de la Secretaría del Virreinato, nació en Cepitá. Fue miembro de la Expedición Botánica y corregidor de Zipaquirá en 1789. Su actitud de beligerancia, contra la opresión, le ha dado el titulo de “Precursor de la Independencia”. A finales del siglo XIX y comienzos del XX fue paso obligado en la ruta Bucaramanga – San Gil en la red de caminos implementada por el alemán Geo Von Lenguerke en su intención de conectar el oriente del país con un puerto sobre el río Magdalena. Sus habitantes comerciaban con el tabaco, el añil y, más recientemente, el fique y el anís. Este último entró en descenso y en posterior desaparición por efecto de la fabricación industrial de esencia de anís.
Cepitá fue víctima de la guerra política de los años 40 y del asedio de la guerrilla en los años 2002-2003. Actualmente está en paz y su comunidad se proyecta con anhelo hacia el proyecto del Parque del Cañón del Chicamocha.
LA INTERVENCIÓN
La recuperación de sectores urbanos antiguos en Colombia es un proceso que -está previsto- tomará varios años y que en la actualidad enfrenta numerosos obstáculos por abandono, intereses comerciales, normas urbanísticas que omiten la conservación y por la falta de apropiación por parte de la misma comunidad en sectores ya profundamente alterados, sin embargo el caso del municipio de Cepitá, en el departamento de Santander, es insólito por el orden y las circunstancias en las cuales se ha dado su recuperación.
En el año 2004 la Fundación Tierra Viva encontró en el municipio de Cepitá un conjunto urbano de mediados del siglo XVIII prácticamente intacto debido al aislamiento vial del poblado que provocó un estancamiento en su desarrollo socio-económico y una desvalorización la cultura local. La dinámica de acción propuesta por la actual administración implicaba nuevos desarrollos constructivos que con los materiales convencionales provenientes de los lejanos centros urbanos llegaban a precios elevados. Identificando esta condición y el riesgo de la alteración irreversible por el potencial turístico de la región impulsado por el desarrollo del proyecto “Parque Nacional del Cañón del Chicamocha” y por los procesos que esto implica. La Fundación Tierra Viva y la Alcaldía Municipal de Cepitá emprendieron un trabajo conjunto para la recuperación del patrimonio no monumental en el sector urbano a través de la apropiación y valoración de las culturas constructivas en tierra con sensatez económica y con profundo respeto por la cultura local.
EL PROYECTO DE RECUPERACIÓN – ACCIONES EMPRENDIDAS
Las acciones emprendidas en el Municipio de Cepitá respondieron a una estrategia de transmisión de conocimiento en donde la Fundación Tierra Viva debió garantizar los procesos de sensibilización, formación, aplicación y apropiación in situ de la técnica constructiva de la tapia pisada que permanecía en el imaginario colectivo como una técnica en desuso. El trabajo comenzó con una charla de sensibilización a la comunidad donde se mostraron ejemplos exitosos en otros centros históricos con características socio – culturales similares. Como continuidad de la charla se programó un taller de formación para constructores locales en donde se entregaron elementos necesarios para el manejo del material y de los sistemas constructivos. La recuperación de los muros de acceso al pueblo sirvió como espacio pedagógico para el desarrollo del taller con la metodología “aprender haciendo”: Ejercicios prácticos de elaboración de cimientos, construcción de muros nuevos, reposición de material para muros en mal estado, restauraciones menores en muros, elaboración y aplicación de pañete y protección de muros. Este proceso condujo a la recuperación física y estética de la entrada al pueblo con un alto impacto positivo entre la comunidad lo que permitió que la población iniciara el proceso de reapropiación de la cultura constructiva de la tapia pisada. Familias cepiteñas residentes en Bucaramanga volvieron sus ojos a su tierra natal mantenida en el olvido mientras que los moradores comenzaron a demandar trabajos a los constructores formados en el taller, todo esto vale decirlo, con el impulso de la Alcaldía municipal y con el acompañamiento del equipo profesional de la Fundación Tierra Viva. La restauración de la casa paterna de la familia Carreño para adecuarla como Hostal, el Portal de acceso, el Muro de cerramiento del colegio y otras intervenciones menores fueron ejecutadas por los maestros constructores formados en el taller inicial y supervisadas por la Fundación. Actualmente están en lista de espera 5 nuevas intervenciones de restauración y construcción de vivienda nueva que garantizan la sostenibilidad de la acción a largo plazo. La comunidad de Cepitá ya apropió la cultura constructiva en tierra y está efectuando a motus propio las intervenciones menores: los tapiales son elaborados en la carpintería del pueblo. Algunos constructores ya tienen su tapial y los que no, lo alquilan a la Alcaldía. Dada la calidad del material disponible se montó una planta de producción de bloque de tierra compactada y con su producción se han construido tres viviendas para los ancianos pobres del pueblo. La administración municipal ya ha proyectado varias intervenciones mayores como El mirador del río Chicamocha, la intervención del parque principal y la restauración de la iglesia principal. La Fundación Tierra Viva asesora a la Alcaldía Municipal mientras se crea la Secretaría de Planeación desde donde se continuarán los trabajos emprendidos de manera oficial.
Luego de la Declaratoria como Bien de Interés Cultural de Carácter Municipal llevada por Fundación Tierra Viva ante el Concejo Municipal para lograr la declaratoria del Sector urbano de Cepitá mediante el Acuerdo No. 016 de 2005, queda por ejecutar la Declaratoria como Bien de Interés Cultural de Carácter Departamental (2007) y la Declaratoria Nacional para concluir con el Plan Especial de Protección para el Conjunto Urbano y su Sector de influencia (2007-2008) a partir del cual se redactará el reglamento para garantizar la preservación y la sostenibilidad del patrimonio del lugar.
REALIZACIONES:
- Obras Nuevas Realizadas: 1.- Portal de acceso al pueblo 2.- Casa Particular Familia Carreño 3.- Cerramiento del Colegio Pedro Fermín de Vargas 4.- Cerramientos de predios
- Rehabilitaciones: 1.- Casa paterna de la familia Carreño como “Hostal Cepitá”
- Restauraciones: 1.- Muros de acceso al Pueblo
- Mantenimiento: Mantenimiento fachada Casa Cural
- Montaje de una planta de producción de bloque de tierra compactada
ACCIONES EN CIFRAS
- Muros de Tapia Pisada nuevos: Numero de metros cuadrados construidos: 1.150
- Numero de metros cuadrados en reposición de muros: 640
- Numero de metros cuadrados en reposición de material: 220
- Total: 2010 m2 de tapia pisada
- Bloques de tierra compactada elaborados en 5 meses: 25.000
- Población sensibilizada: 486 habitantes
- Constructores capacitados: 6
- Cuadrillas de trabajo en acción: 4
OBSERVACIONES FINALES
- “La tutela de los centros menores en tierra cruda y el conocimiento profundo de estas tecnologías pueden ser útiles para la valorización de estos sistemas constructivos, con el fin de que puedan convertirse ellos mismos en fuente e instrumento generador de riqueza económica y cultura en contextos desaventajados a través una economía sostenible”.
- Este proceso ha permitido una nueva dinámica económica en el sector formal de la construcción a partir de la apropiación de las culturas constructivas en tierra. Proveedores de tierra, de piedra, pisones, contra-pisones, zurroneros, elaboración de equipos y herramientas han generado más uso de mano de obra local (50 % más) y nuevas fuentes de empleo sostenible.
- El auto-estima de la comunidad se ha elevado gracias al reconocimiento de su aporte como motor de desarrollo.
- “Este proceso demuestra que la recuperación del patrimonio es dinámica y sostenible en la medida en que la comunidad se apropia de él. En este caso, la apropiación se dio desde el patrimonio inmaterial representado en la valoración de las culturas constructivas en tierra”.
- El caso de Cepitá es sui-generis pues la apropiación social del patrimonio se da antes de la declaratoria de Bien de Interés Cultural de Carácter Nacional. Este hecho facilita la preservación patrimonial de manos de la propia comunidad local.
- Con el apoyo de herramientas legales se puede pensar en un crecimiento socio-económico equilibrado en el que la cultura local prevalezca por encima de los intereses económicos particulares de cara al potencial turístico que se comienza a desarrollar por la construcción del Parque del Cañón del Chicamocha.
- Los análisis y procedimientos utilizados constituyen el punto inicial y la base para generar un amplio proceso de conocimiento, preservación y valoración para los centros históricos que debería llegar a los siguientes objetivos específicos:
- Elaboración de un futuro manual de construcción con tierra
- Servir como instrumento completo, integral y necesario para la conservación de los centros históricos en tierra
- La cultura constituye un puente que garantiza la continuidad de la tradición. El patrimonio arquitectónico y el saber-hacer constructivo también son cultura. La tradición también admite innovación y nuevos desarrollos.
EQUIPO DE TRABAJO FUNDACIÓN TIERRA VIVA
Arquitecto JESÚS MORENO C. – Autor-Director de Proyecto
Arquitecta ALESSANDRA BATTISTELLI – Investigación Patrimonial
Maestro JOSÉ RAÚL MORENO – Gestión de Proyecto
Maestro MIGUEL ASA – Maestro constructor
Arquitecto EDUARDO MAZUERA NIETO – Asesor